sábado, 29 de julio de 2017

ARNAULD CAMINA!

Artículo traducido de la revista "Regina Apostulorum", de las Hnas. Misioneras nsa de Italia, 2-2017
https://issuu.com/nsaitalia.org/docs/ra_2_2017


Ésta es la historia de Arnauld, un niño de ocho años, dulce, cariñoso, pero bastante picarón.
Apenas nació fue trasladado del Centro San Camilo de Bouaké (para enfermos mentales),  al Centro de Nuestra Señora de la Fuente.
Al principio todo parecía normal, pero al sexto mes, se pudieron apreciar algunas anomalías y un cierto retardo en el desarrollo general del niño.
En efecto, el niño sufría de un grave déficit cerebral. A los dos años, no hablaba, no caminaba, siempre estaba sentado o acostado en el suelo, pero a su manera, interactuaba con los otros.

Fue llevado a una primera visita al Centro especializado de Bonoua (en el sur de Costa de Marfil), y entonces comenzó un largo tratamiento de rehabilitación. Los meses pasaban y Arnauld lograba muy poca mejoría, así que regresó a Bouaké.

Años más tarde, se abrió un centro de rehabilitación en Bouaké, por lo que se hicieron los trámites necesarios para que Arnauld comience un nuevo ciclo de tratamiento.

Yo lo llevaba cada mañana. Pero eran tantos los niños que llegaban para la rehabilitación y tan poco el personal especializado, que pasábamos toda la mañana esperando para sólo tener apenas unos veinte minutos de tratamiento.

Poco a poco, entre el tratamiento que recibía en el hospital y los ejercicios motores que le hacíamos repetir en casa, sus músculos fueron ganando fuerza, y casi podía levantarse por sí mismo, pero desgraciadamente tenía mucho miedo y se dejaba caer.

El médico especializado del Centro de Bonoua, visitaba dos veces por año el Centro de Bouaké, para conocer los nuevos casos y controlar los que ya estaban en tratamiento.
Cada vez que controlaba a Arnauld, no notaba progresos, salvo en las primeras sesiones; sacudiendo la cabeza tras la derrota, el médico continuaba prescribiendo nuevas sesiones.

Durante cuatro años, llevamos a Arnauld al hospital, hasta que la novena vez que el médico lo controló sin ver progresos, dio la orden de detener la rehabilitación.
Estábamos resignados.

El niño, a pesar de no hablar, era y es muy vivaz, a veces, demasiado, y siempre muy alegre; a su manera, participa de la vida del Centro y está bien integrado en el grupo de los niños y niñas.

Hace unos meses, mientras estaba de vacaciones en Italia, recibí una llamada telefónica de Denise, la responsable del Centro, que llena de alegría me decía que Arnauld se había puesto de pié por sí mismo y había comenzado a caminar!
No podía creer lo que estaba escuchando!! Pero cuando regresé a Costa de Marfil, pude comprobarlo por mí misma: Arnauld camina!!

Todo el personal médico del hospital estaba muy contento y asombrado de ver al niño de pié y caminando solo!

                          Claudia Pontel, misionera laica de la diócesis de Gorizia.


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